Ciertamente todos hemos escuchado alguna vez la palabra Eutanasia, y es altamente probable que la asociemos inmediatamente con la muerte de una persona o animal. Y claro, la eutanasia, es cualquier acto u omisión por parte de un cercano o personal médico que le ocasiona la muerte a la persona o animal enfermo. Las personas que defienden la eutanasia creen que es la manera más digna de fallecer para un enfermo en estado terminal o que sufre de manera colosal sin tener una cura para su enfermedad.Por su parte, los detractores de este método utilizan la bioética como arma contra este acto, mencionando el hecho de que no podemos ser nosotros quienes decidimos quien y como muere un ser vivo, incluso que la persona en cuestión tampoco puede involucrar a terceros ni hacerse cargo de su “propia eutanasia”. Esta posición es la que posee, por ejemplo, la religión, “que durante muchos años a tratado de incentivar el trato digno entre individuos y con el resto de los seres vivos. Es por esto que denotan el interés por la bioética con temas tales como la clonación, la eutanasia, el destino de embriones in vitro y un sin fin de otras situaciones discutidas por la bioética y la religión”.
Historia
La eutanasia no es algo nuevo, ni mucho menos que se haya comenzado a aplicar en la era contemporánea. Las enfermedades terminales han existido siempre y mucho más aun en la edad antigua, cuando no existía una tecnología que ofreciera tratamientos como los modernos ni fármacos avanzados que curaran enfermedades. “La eutanasia es un problema persistente en la historia de la humanidad en el que se enfrentan ideologías diversas.”
Un ejemplo claro es la eutanasia de la antigua grecia, donde la concepción, más filosófica, de la vida era muy diferente a la actual. Para los griegos una vida mal vivida no merecía ser vivida, por lo que la eutanasia era algo común. Sin embargo también existen las excepciones, como es el caso de Hipocrates, figura destacada de la medicina, quien no apoyaba la eutanasia sino el suicidio.
Luego se cubrió todo el pensamiento occidental de la época con el cristianismo, lo que varió la percepción de la gente frente a a la vida y la muerte. Nació la idea de que no se podía manejar la vida y la muerte de un ser vivo porque solo Dios era responsable de aquello.
Luego, en la modernidad aparecieron mentes científicas que propusieron visiones diferentes hasta las entonces implantadas por la iglesia. Para Bacon, por ejemplo, el deseo del enfermo es un requisito decisivo de la eutanasia activa; la eutanasia no puede tener lugar contra la voluntad del enfermo o sin aclaración:
“Quien se ha convencido de esto, quien termina su vida, ya sea voluntariamente a través de la abstención de recibir alimentos o es puesto a dormir y encuentra salvación sin darse cuenta de la muerte. Contra su voluntad no se debe matar a nadie, se le debe prestar cuidados igual que a cualquier otro.
Francis Bacon, Utopía (1516)”
Dignidad Humana
El concepto abstracto de “dignidad humana” se emplea para defender la eutanasia como para rechazarla, asi es como los que están a favor de esta practica alegan que es un derecho propio el poder elegir la propia muerte si asi las condiciones de salud lo ameritan, mientras que para los detractores, es una obligación oponerse a la practica por ser una arbitrariedad frente a un problema moral, tomando como fundamento tanto la visión religiosa como la laica.
Evidentemente, tras este uso equívoco del término «dignidad humana» subyacen distintas concepciones del ser humano, de la libertad, de la ciencia médica y del conjunto de los derechos humanos.
I - Daniela Alejandra Contreras Opazo, “Importancia de la bioética” ; CBM201, jueves 22 de abril de 2010.
II - “Eutanasia”; Wikipedia; 19 abril 2010, 18:51.